domingo, 19 de junio de 2011

Ramiro Braulio Aliaga Saravia (27.02.40 - 04.09.84)



Felíz día papito!! Finalmente puedo decírtelo! Es todo un honor ser tu hija y llevar adelante la vida que junto a mi mamá me diste. Tantos años creyéndote ausente y tú siempre has estado aqui, conmigo. Estás vivo en mí en forma de amor, qué hermoso! Ahora le puedo explicar eso a la niñita rabiosa que pensaba que su papá era un tontico porque se fue al cielo. El amor no se va para ningún lado, se queda para siempre... Gracias! Te amo! Qué bien se siente! Siempre quise decirte que te amo...

sábado, 11 de junio de 2011

e m i g r o... me convoca el AMOR


Algo en mi acaba de morir, se cerró de golpe una vieja puerta para siempre. Algo me fue arrancado violentamente y aún duele, aún no me acostumbro... Siento el vacío que quedó, ese lugar huérfano que no sabe qué hacer ahora que está deshabitado. Cargo el duelo encima, mi cuerpo está pesado y débil, me cuesta caminar, seguir adelante, mirar hacia arriba... El tiempo se detuvo sólo para mi, me llegó la hora, se acabó. Me observo desde la distancia, como fuera de mi, confundida, a la espera... A dónde voy ahora?

Intentaré ir al comienzo de esta enfermedad o por lo menos aproximarme a la última etapa de esta muerte. Llegué aqui con mi mente limitante, con mi estructura rígida, con resistencia. Y de a poco, pero con relativa rapidez fui cediendo, aflojándome, permitiéndome, conectándome con el sentir y con el bienestar. Al hacer esto, me sorprendió la salida de sentimientos como la rabia, los celos, el miedo, la inseguridad, las carencias...también del ego. Dentro de todo lo desagradable que puede ser ver lo que no me gusta de mi, entiendo que parte del proceso de conocerme mejor es mirar y aceptar esas sombras que salen a la luz. Qué importante es no sentirme avergonzada de mi oscuridad, sino reconocerla e incluso amarla! Celebro que salga lo oculto y asi poder acercarme a mi verdad.

Vale la pena mencionar que terminó gustándome mi amigo, lo que nunca pensé que podía pasar. Ya veo que la mente no sabe nada, sólo cree que lo sabe todo! A lo mejor sin ella uno sí logra conocerse... Él fue el catalizador que sin saberlo y sin intención alguna de hacerlo, disparó esta explosión interior. La tristeza y el dolor me llevaron de la mano hasta el borde del precipicio y me dieron un empujón. Así fue como caí en las profundidades de mi ser. Sentí mucha ansiedad durante la caída y terminé aterrada pensando que enloquecería. Fui testigo de una reacción química poderosa ocurriendo y moviéndose por todo mi cuerpo. Cual volcán que había estado dormido y de pronto despierta en erupción, me movilicé desde mi centro más íntimo y con temblores, escalofríos y llanto fui sacando el fuego a través de mi corazón. Lo peor ya pasó, menos mal, pero aún siento que mi pecho tiembla como cachorrito recién nacido y todavía no encuentro manera de calmarlo.

Al mismo tiempo que empiezo a despedirme de esta ciudad, me despido de esa parte de mi que ha sido aniquilada y que dejo atrás. Sospecho que todo esto es para mi crecimiento, expansión, evolución espiritual y preparación para un nuevo camino de mayor luminosidad. Creo que ahora puedo responder a mi propia pregunta, diciendo que no hace falta saber a dónde voy ni preguntar por el camino, sólo tengo que entregarme a él con plena confianza.

Aqui unas palabras de Rumi que recién encontré, por aquello de la sincronía...

La muerte pone fin a la angustia de la vida.
Y, sin embargo, la vida tiembla ante la muerte...
Así tiembla un corazón ante el amor,
como si sintiera la amenaza de su fin.
Porque allí donde despierta el amor,
muere el Yo, el oscuro déspota.